Cebo a la vista, foto de primicia
- Magdalena Caldense
- Fecha: 31 julio, 2024
- 8 minutos de lectura
Por: Santiago Arbeláez Escobar
¿Han visto ‘imágenes inéditas’ de animales jamás pensados? Probablemente sí, ¿cierto? Y se han preguntado, de pronto, ¿cómo se logran esas capturas?, ¿quizás han pensado en el trabajo que hay detrás para lograr identificar las especies que habitan en ciertos territorios? Bienvenidos a la instalación de cámaras trampa, una actividad de profesionales en biología para descubrir las maravillas de la naturaleza.
Después de realizar muestreo de peces desde las 5:00 a.m. hasta las 9:00 a.m., llega el momento de atravesar la Charca de Guarinocito, sumergirnos en el bosque para instalar cámaras trampa y ‘echarles la bendición’ a ver si se tiene la fortuna de capturar alguna especie de la zona o descubrir algo nunca antes visto.
Identificación
Mientras caminamos por uno de los bosques que resguarda la Charca de Guarinocito, en La Dorada, los biólogos empiezan a identificar sigilosamente los árboles estratégicos en los que se pueden instalar los dispositivos. Estas cámaras, según el biólogo Diego Alejandro Torres, están equipadas con sensores infrarrojos y de movimiento que se activan al paso del animal, permitiendo obtener imágenes y videos de los mamíferos de manera no invasiva.
Ser analítico con cada paso que se da es fundamental. En la zona se pueden encontrar fácilmente algunas especies de serpientes y pisarlas no traería agradables consecuencias. El camino por el bosque sigue y los biólogos encuentran un primer lugar adecuado para instalar una cámara trampa: es espacioso, terreno medianamente plano, no hay muchas plantas al frente del árbol, es de fácil tránsito para las especies y puede ser llamativo dejar el cebo para atraer distintos animales.
Estas cámaras, según el biólogo, Diego Alejandro Torres, están equipadas con sensores infrarrojos y de movimiento que se activan al paso del animal, lo que permite obtener imágenes y videos de los mamíferos de manera no invasiva.
La instalación
Una vez aprobado el lugar, el grupo de biólogos se reparte las funciones para que la instalación rinda y se logren los objetivos pactados del trabajo del día, pues la jornada para ellos no es sólo esta actividad, el muestreo de otro grupo de animales los espera en un par de horas.
Franko, con un largo y afilado machete, despoja la zona de ramas grandes para que la grabación no tenga interrupciones; Andrés prepara la cámara y avanza amarrando los cables y correas en el árbol y Manuela corta un pedazo de tela naranja fluorescente para marcar la zona y encontrar fácilmente la cámara a su regreso. Por su parte, Vanesa y Diego escriben las coordenadas en una bitácora.
Mientras todos están en acción, hacen pruebas caminando frente a la cámara, observan detalladamente el lugar, imaginan situaciones hipotéticas de animales caminando por la zona, conversan sobre cuáles podrían ser las posibles especies a descubrir y también sobre las que anhelarían encontrar.
La cámara y el cebo: un match perfecto
No solo se trata de instalar la cámara y dejarla a merced de los seres vivos que deseen caminar por la zona. Hay que atraer a las especies, ¿y eso cómo se logra? Con el auténtico y no tan agradable (para muchos) olor del cebo, en este caso, sardina en lata.
Para esto, Franko hace distintos agujeros a la lata y riega un poco de líquido en la zona con el propósito de que el olor se empiece a esparcir. Por su parte, Andrés prepara la cabuya e identifica alguna rama u árbol que esté justo al frente de la cámara trampa para amarrarla y que sea este el sitio indicado en el que se acerquen las especies a oler o comer el cebo, lo que les permitiría ser detectadas por el dispositivo y así obtener imágenes quizás nunca antes vistas.
El biólogo Diego Torres resalta que “el uso de cámaras trampa ha demostrado ser invaluable para la investigación de la ecología y el comportamiento de los mamíferos, porque proporciona datos sobre la distribución, abundancia y patrones de actividad”. Son dispositivos que revelan acciones que de otra manera serían difíciles de observar.
Ya ha pasado aproximadamente una hora en la que el cantar de los pájaros siempre ha estado presente. Se siente un fuerte y deshidratante calor, pero el primer dispositivo ya está instalado. Las coordenadas están anotadas, la cinta naranja está ubicada, el cebo está amarrado, ¿qué falta? Pensar lo mejor y que, al regreso, se puedan encontrar grandiosas imágenes gracias a estos dispositivos que nos permiten ver maravillas de la naturaleza: las cámaras trampa.
Aquí puedes encontrar todos una lista de reproducción con todos los registros obtenidos gracias a las cámaras trampa instaladas por el proyecto Magdalena Caldense: Patrimonio Biocultural: