Pistas para resocializar: experiencias de mujeres desmovilizadas
- Mente
- Fecha: 14 febrero, 2023
- 9 minutos de lectura
Valentina Hoyos González
Los psicólogos Daniela Sáenz y Jaime Carmona realizaron una investigación sobre la experiencia de jóvenes desmovilizadas basada en el enfoque centrado en la persona, el cual reconoce el potencial de crecimiento innato en cada uno de nosotros. Este estudio redundará en mayor empatía frente a estas jóvenes exguerrilleras y contribuir a su reintegración a la sociedad.
El conflicto armado en Colombia lleva más de medio siglo marcando al país y sus habitantes y, según el Centro Nacional de Memoria Histórica, 16.000 niños han sido reclutados por grupos armados ilegales durante ese tiempo. Según las fundaciones Huella Indeleble y Fahrenheit 451, pocas investigaciones se enfocan en la propia voz de las jóvenes desmovilizadas y de sus experiencias.
Teniendo en cuenta esto, los psicólogos Daniela Sáenz Galvis, colaboradora en Espacio ECP – Núcleo de Estudios y Formación en Psicología Humanista, organización centrada en la persona, de Chile y Jaime Alberto Carmona Parra, Coordinador de Investigaciones y Posgrados de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Manizales, se ocuparon de la experiencia de jóvenes desmovilizadas. Esta investigación se basó en el enfoque centrado en la persona expuesto por el psicólogo Carl R. Rogers y fundamentado en la capacidad que posee cada individuo para crecer y enfrentar los problemas.
De acuerdo con los investigadores, Carl R. Rogers que cree “…en la capacidad de crecimiento innata de los seres humanos y en la tendencia hacia el desarrollo de sus potencialidades”, y de la mano de este concepto deviene la idea del crecimiento postraumático, el cual explica los cambios psicológicos positivos que se pueden lograr luego de atravesar una experiencia traumática. Asimismo, se aplica la teoría de la personalidad de Rogers, como la noción del yo y las condiciones de valía que se desarrollan a partir de influencias externas; en este caso, cómo el contexto violento en el que vivían las jóvenes, moldeó sus personalidades y sus vidas.
La investigación titulada Hacia una compresión de las mujeres jóvenes desmovilizadas: un enfoque centrado en la persona tuvo como objetivo principal “entender desde la perspectiva de las mismas jóvenes sus experiencias de vida antes, durante y después de su paso por los grupos armados. Esto implicó no enfocarse solamente en los efectos psicológicos negativos como el estrés postraumático, sino en la totalidad de sus experiencias”, cuentan los psicólogos.
La investigación inició en 2015 y finalizó en 2020. Se seleccionaron al azar seis entrevistas de 20 realizadas sobre las experiencias de estas mujeres que para ese momento cumplían 16 años y que vivieron en los grupos armados ilegales entre cinco meses y tres años. Estas conversaciones surgieron en el contexto de programas de retorno a la vida civil gestionados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Organización Mundial para las Migraciones (OIM). Posteriormente, los resultados se organizaron en cuatro temas: la vida antes de unirse al grupo, el entorno condicionado de los grupos armados ilegales, desentrañar el potencial de crecimiento y aprender a ser libre después de la guerra.
¿Qué encontraron?
En uno de los artículos resultado del proyecto titulado en inglés Towards an understanding of Colombia’s demobilized young women: A person-centered approach (publicado en la revista Person-Centered & Experiential Psychotherapies) los investigadores describen que estas jóvenes por lo general vivían en familias en las que sus padres golpeaban o insultaban a sus hijos pretendiendo “corregirlos”. Este tipo de violencia no era cuestionada en sus familias y si hay una normalización en el núcleo es probable que también exista en una comunidad.
Los grupos armados ilegales les aportaban algo que los gobiernos y las instituciones desatendían. Ellos ayudaban, protegían, hasta proporcionaban alimentos y recursos a las familias. Por esto, las jóvenes pueden percibirlos como “los buenos”, dicen Sáenz y Carmona. En las entrevistas, una de las participantes cuenta: “Ellos [el grupo] apoyaban a la gente, por ejemplo, a construir carreteras, programaban reuniones en los pueblos y todo”.
Por otro lado, los investigadores cuentan -en el artículo publicado en 2021- que dentro de los grupos armados ilegales había estrictas condiciones de valía con reglas explícitas de comportamiento, pero también valores implícitos, como “ser valiente, leal al grupo y con una mentalidad ‘nosotros contra ellos’”. Esto ayudó a deshumanizar a los miembros del ejército y a los grupos armados opositores.
Las condiciones de valía, es decir, cuál es la importancia que se le da a cada individuo, se desarrollan a partir de las influencias externas, en este caso los grupos armados ilegales impusieron estas condiciones a las jóvenes mujeres. Sin embargo, uno de los hallazgos de la investigación fue que estas condiciones pueden ser refutadas y resistidas. De acuerdo a los testimonios de dos mujeres, a las cuales se les mantuvo en secreto su identidad: “CM intentó ayudar a la niña del grupo armado ilegalmente, aunque necesitaba quedarse dentro de los límites de las condiciones impuestas por el grupo. Por el contrario, P desobedeció directamente órdenes, sabiendo que ella podría morir como resultado”, afirman los psicólogos.
Y para finalizar, Sáenz y Carmona dicen que unos meses después de dejar los grupos, algunas mujeres pudieron ver en retrospectiva las experiencias vividas dentro y entender esa experiencia de forma diferente. También aseguran que algunas de ellas tienen la capacidad “para simbolizar con mayor precisión experiencias en el pasado, también puede indicar un grado de madurez, apertura y aumento de congruencia, que no tenían cuando ingresaron a los grupos armados”.
¿Cuáles son los pasos a seguir?
Como lo mencionamos, hay pocas investigaciones que cuenten las historias de estas jóvenes desmovilizadas. “Acercarnos a sus experiencias de vida en sus palabras nos puede ayudar a empezar a entenderlas mejor y, a largo plazo, puede contribuir a construir políticas de reintegración más informadas y más adecuadas”, afirman los psicólogos Sáenz y Carmona. ¿Y a nosotros, qué nos toca como sociedad? Para los investigadores es importante que les brindemos apoyo suficiente para que puedan desarrollar su potencial, porque esto es lo que permitiría evitar la retornar a la situación superada.
El enfoque de la psicología humanista centrado en la persona y la metodología de esta investigación permite entender las experiencias de las participantes desde una perspectiva que no victimiza, ni tiende a patologizar, y que intenta quedarse lo más cerca posible a su experiencia vivida idiosincrática. Esta es una forma “más adecuada y dignificante de entender las vidas de estas mujeres”, como sostienen los psicólogos.
Destacan los investigadores Sáenz y Carmona que: “Las vidas de estas jóvenes son un buen ejemplo de lo mejor y lo peor de la naturaleza humana. También son un recordatorio de que estamos situando la responsabilidad de retornar a la vida civil en estas jóvenes mientras que hacemos poco para ayudarlas a sentirse aceptadas”.
Artículo publicado en la revista Person-Centered & Experiential Psychotherapies (2021, #20), con el nombre: Towards an understanding of Colombia’s demobilized young women: A person-centered approach
Hacia una compresión de las mujeres jóvenes desmovilizadas: un enfoque centrado en la person
Investigadores principales: Daniela Saenz Galvis, colaboradora en Espacio ECP – Núcleo de Estudios y Formación en Psicología Humanista, organización centrada en la persona, de Chile. Jaime Alberto Carmona Parra, Coordinador de Investigaciones y Posgrados de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Manizales Espacio ECP-Núcleo de Estudios Y Formación en Psicología Humanista, Bogotá, Colombia Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Manizales, Manizales, Colombia
Período de investigación: 2015-2020
Financiación: No