La verdad transforma realidades en el conflicto armado

Valentina Hoyos González

Los índices de impunidad en Colombia son los más altos del mundo. De 100 crímenes cometidos en en el país, 99 quedan sin castigo. María Teresa Carreño y Diego Muñoz proponen la cultura de la verdad como una alternativa capaz de transformar realidades, entre ellas, la del conflicto armado colombiano.

Al investigador Diego Muñoz Correa siempre le ha causado inquietud la habilidad del ser humano para mentir, para ocultar la verdad por algún motivo. Por eso vio una oportunidad en sus estudios de maestría y doctorado para investigar y vincularlo al conflicto armado en Colombia y los problemas para esclarecer la verdad de los crímenes perpetrados.

De ese propósito salió un artículo publicado en la revista Jurídicas donde María Teresa Carreño, abogada y doctora en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud y Diego Muñoz, abogado y magíster en Derecho Público, proponen cambiar la cultura de ilegalidad impuesta por el conflicto armado y reproducida por el poder estatal, a una cultura de la verdad.

Los autores utilizan el enfoque histórico hermenéutico, que significa en palabras de la investigadora María Teresa Carreño “tener un interés práctico por comprender la realidad, un hecho o acontecimiento y dotarlo de sentido”. Este enfoque se da a través del análisis bibliográfico con el fin de sustentar su tesis del cuidado de sí como presupuesto para establecer la verdad teniendo en cuenta posturas de autores como Heidegger, Gadamer, Habermas y Foucault. Es decir, instaurar esa cultura como fin capaz de transformar realidades en las que se dé una estabilidad individual y colectiva.

Como explican en su artículo, entre los problemas para esclarecer la verdad está la poca claridad del inicio del conflicto armado, la multiplicidad de los actores armados, los altos índices de impunidad en Colombia y la falta de una cultura del cuidado del sí.

“La verdad es el principio y fin de todo proceso de comunicación dirigida al entendimiento”: María Teresa Carreño y Diego Muñoz

¿Cuándo inició el conflicto armado en Colombia?

Por un lado, el inicio del conflicto armado colombiano no es muy claro. Diferentes investigadores e historiadores señalan varias fechas, como el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán que, según Eduardo Pizarro, desbordó la violencia. “Desde entonces, la muerte de Gaitán ha sido percibida en el imaginario colectivo nacional como un parteaguas radical, un antes y un después”. Para otros, la historia del conflicto armado inició en los años 60 con el nacimiento de organizaciones como las Farc, el ELN y el EPL.

¿Quiénes son los victimarios?

Para Carreño y Muñoz, no es claro quiénes son los victimarios. La cantidad de actores en el conflicto dificulta identificar a los perpetradores y a las víctimas. Como dicen en el artículo: “Dichos fenómenos de violencia que concurren en un mismo lugar suelen entrelazarse, lo que dificulta identificar los móviles, las causas, los actores y los victimarios”.

El obstáculo de la verdad

La impunidad es uno de los obstáculos más grandes para resolver el conflicto armado. Según el Centro de Memoria Histórica, “el contexto de violencia generalizada en el que discurre el conflicto es aprovechado por los actores armados legales e ilegales para invisibilizar sus acciones y confundirlas con hechos violentos perpetrados por otros… De esta manera buscan dificultar el esclarecimiento del crimen y difuminar su resonancia entre las múltiples modalidades y tipos de violencia”.

 

Las cifras de impunidad en Colombia son muy altas; según el Movimiento de Víctimas es uno de los países con mayor impunidad en el mundo, y de 100 crímenes cometidos, 99 quedan sin castigo. Por eso, para las víctimas el proceso judicial no es el mejor espacio para la resolución.

“La verdad es una manera de blindar para la no repetición. Cuando no sabes lo que pasó es difícil que puedas evitar regresar a esos mismos elementos que dieron lugar al conflicto”: Vanessa Sánchez Agudelo.

La verdad y el cuidado del sí para combatir la impunidad

Para Habermas, uno de los teóricos abordados en la investigación bibliográfifica, las pretensiones de verdad “se deben referir en cada caso a algo en el mundo objetivo como la totalidad de las realidades existentes”. Por esto, para la investigadora María Teresa, la verdad es una herramienta para combatir la impunidad: “Si las víctimas en particular y la sociedad en general no conoce la verdad de los hechos victimizantes no puede procesar, comprender el daño causado y no hay sanación ni esperanza sobre un futuro distinto”.

El cuidado del sí es una alternativa para construir narraciones individuales. Ambos investigadores señalan que se da desde la configuración de un sujeto moral y ético que cuenta la verdad de forma libre y consciente y no como un acto estimulado por el miedo a una sanción penal.

La sicóloga Vanessa Sánchez Agudelo, Phd en sicología, afirma que una de las alternativas para la resolución del conflicto es “promover espacios de diálogos micro sociales; esto no se va a resolver con legislaciones ni con decretos: se resuelve conversando en las comunidades locales, en escenarios de tú a tú, porque esta es la única manera en la que nos podemos acercar a que existen otras realidades”.

 

Para leer más: Artículo publicado en la revista Jurídicas (2020, #17) con el nombre: De la acción comunicativa a la ética del discurso. Una propuesta para reconstruir la verdad en el conflicto armado.

Título de la investigación: Verdad sin poder y poder sin verdad. Una análisis de la justicia transicional en Colombia. 

Investigador principal: Diego Alejandro Muñoz

Coinvestigadores: María Teresa Carreño

Facultad – Departamento – Programa o Escuela – Grupo de investigación

Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud, Cinde- Universidad de Manizales y Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Caldas | Línea de justicia transicional

Financiación: Privada

Período de la investigación: 2014 – 2017

Publicaciones relacionadas