De las emociones a la realidad. Una mirada a la Comisión de la Verdad

Richard Aguirre Fernández

Una aproximación a lo que se piensa y siente sobre este capítulo de construcción de verdad

La palabra “verdad” en Colombia genera choques, diferencias y diversas interpretaciones. Es lo que pasa, y pasará, con la Comisión de la Verdad y los relatos de los hechos que -según ella- marcaron el conflicto armado, con un trágico paso por las carreteras de la historia, que rodea 70 años de sangre y dolor, con al menos nueve millones de víctimas.

Un grupo de investigadores de diferentes instituciones se unió para analizar lo que ha representado para el país la puesta en marcha de la Comisión de la Verdad, tras los Acuerdos alcanzados entre el gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) y la guerrilla de las Farc-EP.

Esta investigación evaluó el conocimiento, la aprobación y la efectividad de los primeros años de la Comisión en el país, esencialmente entre 2018 y 2019. Se basó en una muestra de 1166 personas, hombres y mujeres por igual, entre 18 y 80 años; el 51 % eran estudiantes universitarios. El 58 % de los encuestados vivió en los escenarios del conflicto armado.

Se realizó un estudio descriptivo correlacional en torno a las emociones y al conocimiento de la población sobre esta figura, que hace parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición. En palabras del investigador Jaime Alberto Restrepo, “es de tipo descriptivo porque busca identificar las percepciones que sobre la Comisión y la paz tienen los participantes” y, por otro lado, correlacional, pues “busca encontrar la relación entre la Comisión y otras instituciones del sistema de justicia transicional, con la posibilidad de construir una cultura para la paz en Colombia”.

Los resultados plantean que el conocimiento sobre la Comisión en Colombia es, en general, bajo en todas las regiones, diferente de los resultados encontrados en algunos países latinoamericanos y otras naciones donde también se aplicaron este tipo de instancias en torno a la verdad.

Jaime Alberto Restrepo Soto, profesor de la Universidad de Manizales, director del doctorado en Psicología y director de la Maestría en Psicología Clínica y uno de los 23 investigadores, menciona que, junto con distintos profesores, han estudiado la psicología para la paz y a lo que ha implicado para Colombia que en toda su historia republicana no haya podido vivir en absoluta paz.

De esta labor, se creó la Red de Investigación Sobre la Verdad en el Conflicto Armado Colombiano (Red IVCAC), en la que participaron los 23 expertos de 17 universidades del país.

“Lo más difícil aún en nuestro país es reconocer que hay distintas víctimas, con distintos dolores provenientes de diferentes grupos, porque no somos un país homogéneo”: investigador Jaime Alberto Restrepo Soto

Percepciones

Sobre el conocimiento de los consultados sobre la Comisión y su misión, basta con decir que el 69,4 % reportó tener poco o ninguno y, en perspectiva desde el género, los hombres estuvieron mejor informados que las mujeres.

Las víctimas conocían mejor las actividades de la Comisión que la población no víctima, como destaca un artículo publicado en la Revista Psicología, algo que a juicio de los consultados resulta lógico, pues al haber sido afectados por el conflicto y sus efectos, estaban más interesados en los objetivos y tareas de la Comisión.

“Lo más difícil, aún en Colombia, es reconocer que hay distintas víctimas, con distintos dolores provenientes de diferentes grupos, porque no somos un país homogéneo”, comenta Restrepo Soto.

Esa realidad también se refleja en los resultados. La publicación mencionada destaca diferencias entre regiones del país que fueron analizadas; por ejemplo, “la región Caribe es un poco más optimista frente a los resultados que los Llanos Orientales”, asegura Restrepo Soto, dato explicable porque en el oriente colombiano el conflicto de alguna manera no terminó, y esto influye en las percepciones y opiniones.

Álvaro Díaz Gómez, integrante del grupo de Investigación en Estudios Políticos y Jurídicos de la Universidad Tecnológica de Pereira, que no participó en la investigación, sostiene que es llamativo que en el informe se encuentra que en regiones como el Eje Cafetero persista la idea de que en el país no hubo conflicto armado. Esto, pese a que esta región sufrió hechos violentos, principalmente en el oriente de Caldas o en la frontera entre Risaralda y Chocó, para no ir muy lejos.

“Esto tiene que ver con el hecho de la victimización o no, de pobladores que han sufrido o no el conflicto. Por eso aparecen las regiones más rurales, no tan citadinas, como las de mayor afectación”, asegura Díaz Gómez.

Perdón sincero

Dos aspectos fundamentales merecen destacarse respecto a iniciativas semejantes adelantadas en otros países de la región: el 66 % de los encuestados estuvieron de acuerdo con que los victimarios pidan perdón con sinceridad y un 81 % coincidió en que los perpetradores lleven acciones reales de reparación.

“En esta última parte de 2022 las víctimas han podido ponerse cara a cara frente a los excombatientes y hacer las preguntas que se requerían”, reseña Restrepo, al recordar que durante la investigación hubo dificultades de logística y seguridad que complicaron realizar ‘rituales de transición’, aunque destaca que, pese a estos actos, “siempre va a quedar una brecha, porque la degradación de la guerra es cínica” y, de cierta manera, ese cinismo impacta estos actos.

Para finalizar, la investigación deja una reflexión en torno a la importancia de medir el impacto de la Comisión, no solo en lo relacionado con las víctimas y perpetradores, sino en la sociedad en general.

Restrepo Soto plantea que la sociedad civil sí se ha apropiado de los resultados mostrados por la Comisión, principalmente para evitar que estos hechos puedan repetirse, pero, sobre todo: “Para lograr que haya justicia y seguir reivindicando la restauración de los derechos”.

Título de la investigación: La Comisión de la Verdad en Colombia: conocimiento, percepción, eficacia y emociones asociadas

InvestigadoresJosé Ignacio Ruiz, Pablo Castro-Abril, Wilson López-López, Darío Páez, Lander Méndez, Suly Castro- Molinares, Zulma Yadira-Cepeda, María Alejandra Caicedo-Bucheli, María del Carmen Amaris, Jorge Eduardo Moncayo, Rossana Camelo-Mendoza, Frank Steward Orduz-Gualdrón, Manuel Beltrán- Espitia, Zulma Lorena Mongui, Elsy Domínguez, Argemiro Alejo-Riveros, Luis Eduardo Pérez- Cervantes, Carolina Orozco Castillo, Laura Alvarado-Pinzón, Jaime Alberto Restrepo-Soto, Edgar Alejo-Castillo, Johnny Orejuela, Areli Rocha, Mar Pérez Arizabaleta.

Universidad Nacional de Colombia-Colombia, Universidad del País Vasco-España, Pontificia Universidad Javeriana-Colombia, Universidad Nacional Abierta y a Distancia-Colombia, Universidad Surcolombiana-Colombia, Fundación Universitaria de Popayán-Colombia, Universidad del Norte- Colombia, Universidad Antonio Nariño-Colombia, Universidad Popular del Cesar-Colombia, Universidad Simón Bolívar-Colombia, Universidad Claretiana-Colombia, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia-Colombia, Universidad Tecnológica de Bolívar-Colombia, Universidad de Ibagué-Colombia, Corporación Universitaria Antonio José de Sucre-Colombia, Universidad EAFIT-Colombia, Universidad de Manizales-Colombia, Universidad de Santander-Colombia

Financiación: Recursos de los investigadores.

Período de la investigación: 2018- 2019

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