Las jóvenes que recorren el camino del derecho ambiental

 Las jóvenes que recorren el camino del derecho ambiental

Juana Valentina Bustos Villalba

Stefanía Díaz Rendón y Alessia Sánchez Combita tienen en común más que la elección de su carrera universitaria como abogadas: fueron compañeras en el Semillero en Derecho Ambiental de la Universidad de Manizales y hoy son jóvenes investigadoras de MinCiencias en un proyecto que busca mapear el acceso y la cobertura del agua en los 27 municipios de Caldas.

Stefanía nació en Armenia y antes de imaginarse como abogada pensaba que su futuro estaría ligado a la medicina, pero por azares de la vida y dándole la razón al viejo dicho popular “lo que es para ti, ni aunque te quites”, entró a un semillero en su colegio y descubrió que tenía un especial talento para hablar, expresarse y debatir que, a fin de cuentas, hacen parte del ejercicio de los abogados.

En 2016 entró a estudiar Derecho en la Universidad de Manizales y en segundo semestre, cuando conoció a la profesora y coordinadora del semillero en Derecho Ambiental, Claudia Munévar, empezó a interesarse por la investigación socio jurídica, sobre todo en lo relacionado al tema ambiental.

Por su parte Alessia -nombre italiano que en griego significa “quien defiende y protege”- es estudiante de décimo semestre de Derecho. La investigación ha marcado su camino como un plus profesional y personal. “Entendí que la investigación no es sentarse, leer y escribir. Implica realizar un trabajo de campo, relacionarse con las personas, empaparse del tema y finalmente analizar documentos, sentencias y textos que articulan un proyecto”, comenta




Un derecho del que pocos gozan

Reconocer la cobertura y acceso al servicio de agua de los habitantes en las zonas rurales de los 27 municipios de Caldas, es el objetivo del proyecto Conflictos ambientales y eficacia en la gobernanza del recurso hídrico en el departamento de Caldas. Una investigación en la que indagan sobre la eficacia, es decir, el cumplimiento de las leyes, decretos y actos administrativos municipales frente al agua como recurso hídrico esencial.

La investigación revisa los planes municipales, los cuales presentan los compromisos y acciones que las administraciones deben ejecutar frente a la realidad de las comunidades y sus condiciones de acceso al agua y su potabilización.

En un primer momento, las jóvenes investigadoras se encargan de presentar los derechos de petición a las administraciones municipales de Caldas para hacer un diagnóstico base de cómo debería ser la situación versus lo que se encuentran en las salidas de campo y en las conversaciones con los líderes comunitarios y guardabosques.

“Hemos trabajado en Viterbo, Salamina y Villamaría y hemos encontrado realidades muy complejas, por ejemplo, en Viterbo solo el 28,7% de las comunidades rurales y veredales tienen acceso al agua y de ese porcentaje, solo el 76,9% disponen de agua potable”, comenta Alessia.

Colombia cuenta con los Planes Departamentales de Agua (PDA) que intentan coordinar los entes territoriales y el Gobierno nacional en aras a lograr un mejor control y vigilancia del sector agua y saneamiento. Sin embargo, en un estudio de la Universidad Externado de Colombia (2017), se pudo evidenciar que en Caldas el PDA poco impacta en las zonas rurales y que, en muchos casos, la capacidades técnicas y de ejecución no llegan por el rezago tecnológico.



En promedio, una persona debe consumir entre 1,5 a 2 litros de líquido al día dependiendo del peso.




Semillas de la ciencia

Stefanía fue monitora en el Centro de Investigaciones Sociojurídicas. Cursó dos veranos de pasantía a través del programa Delfín con la Universidad La Gran Colombia, en temas sobre el cambio climático, desplazamiento ambiental y minería. Presentó ponencias y se graduó en 2021, con la modalidad de asistencia de investigación, con una pesquisa sobre la consulta previa para la defensa de los derechos de las comunidades afro e indígenas. Ese camino fue el que hizo evidente al Ministerio de Ciencia, al ver que la convocatoria para participar como jóvenes investigadores estaba habilitada solo para universidades públicas.

“Envié un derecho de petición al Ministerio pidiendo que me dieran la oportunidad de concursar por la beca. Presenté todo mi currículum, que siempre ha estado enfocado a la investigación. Llegó la respuesta de que abrían la convocatoria para las universidades privadas y en solo 12 días tuvimos que presentar un proyecto completo con la vinculación de dos jóvenes investigadores”, expresa

Tiene 22 años y disfruta ir al gimnasio porque dice que es un momento que se regala a sí misma y le ayuda a despejar la mente. Le gusta compartir tiempo con su familia, por lo que los sábados y domingos siempre procura disfrutar el almuerzo con ellos, charlar y reírse un rato.

Alessia, de 20 años, es oriunda de Ibagué y disfruta practicar pilates, yoga, leer, salir a caminar por zonas verdes de la ciudad y sentarse a ver una buena serie. Sus metas son claras: quiere hacer dos especializaciones, cursar una maestría en Derecho Corporativo en el exterior y vincularse en una posición ejecutiva en Medellín y Bogotá.

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Manizales (2017) la cobertura de agua potable en las zonas rurales de Caldas es inferior al 20%, a diferencia de las zonas urbanas que gozan de un 90%.

Según las Naciones Unidas, en el componente de Agua y saneamiento de las ODS, en todo el mundo, una de cada tres personas carece de agua potable salubre; dos de cada cinco no disponen de una instalación básica para lavarse las manos con agua y jabón, y más de 673 millones de personas aún defecan al aire libre.


 











Una multiplicadora de semillas

El rol que juega la profesora Claudia Munévar en la vida de Stefanía y Alessia es el de una maestra que no solo inspira sino que acompaña a labrar los caminos de los sueños. En sus clases despertó en ellas admiración hacia su labor y las motivó a ir más allá de lo que ocurre en el salón de clases.

“Mis papás y mis amigas me decían que estar en el semillero ¿de qué me iba a servir? Cuando llegó la noticia de que nos ganamos la beca entendí que esa experiencia sí me abrió puertas y que fue la recompensa de todo el esfuerzo, de trasnochar, de realizar trabajos y leer más de la cuenta”, afirma Alessia.

La investigación inició en marzo de este año y se espera que con los resultados se prendan alarmas para que las entidades municipales actúen al respecto y finalmente se empoderen a las comunidades con las herramientas jurídicas disponibles para hacer valer un derecho tan esencial y vital como es el agua.

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